martes, 15 de julio de 2008

Las microclases

Uno nunca sabe qué tan buenas o malas son las cosas hasta que las experimenta! Por lo general, estamos acostumbrados a predisponernos a situaciones y nos privamos de satisfacciones y experiencias enriquecedoras!
Es común que sólo el hecho de pensar en pararnos frente a una audiencia nos ponga a sudar frío e imaginemos situaciones un tanto dantescas, pero debemos ser decididos y tomar el riesgo, a fin de cuentas eso constituirá buena parte de nuestro día a día en las instituciones educativas donde laboraremos en un futuro no muy lejano.
Efectivamente, enfrentarse a un grupo considerable de adolescentes no es tarea sencilla, pero una vez parados allí frente a ellos, sudando frío por cierto, no hay para donde correr, y todo lo que podemos hacer es recurrir más a nuestros propios talento y confianza y no dejar que los nervios se apoderen de la situación y mucho menos del aula, porque ahí sí que perderíamos el control por completo.
Los seres humanos, al menos algunos de los que conozco (entre los cuales me incluyo), nos adaptamos rápido a las situaciones cambiantes y, sin ser conscientes, tomamos las riendas con una naturalidad tal que pareciera que toda la vida hemos hecho eso que estamos haciendo en ese preciso momento, hablando e interactuando con una fluidez que hasta nos sorprende, y al final nos damos cuenta que no todo era tan trágico como en un principio pensábamos y terminamos disfrutando de eso a lo que tanto le habíamos huido por temor, quizás, al rídiculo público. Pero, vamos muchachos! No seamos tan pesimistas ni tan duros con nosotros mismos! Hagamos el mejor intento de enfrentarnos a esas audiencias de estudiantes revoltosos que necesitan de nuestros aportes, no sólo académicos sino también personales! Tomemos con seriedad y compromiso las microclases porque constituyen una experiencia laboral invaluable y nos ayudan enormemente en nuestra formación docente! :)

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